En una ceremonia que contó con clases magistrales de profesores pertenecientes a las escuelas de Arquitectura e Ingeniería en Medio Ambiente de la Universidad de Valparaíso, se lanzó el proyecto transdisciplinario “Plaza Bolsillo”, que busca rescatar espacios públicos que se encuentran abandonados o sin un uso para abrirlos a la comunidad a partir de diversas intervenciones.

La profesora de la Escuela de Arquitectura María Soledad Larraín realizó una clase-taller en la que explicó en detalle lo qué es una plaza de bolsillo y presentó diversas experiencias de intervenciones arquitectónicas en espacios abiertos para uso público.

La actividad también contó con la clase introductoria sobre biodiversidad y ecología impartida por el profesor Javier Arancibia, de la Escuela de Ingeniería en Medio Ambiente, para vincular la mirada medioambiental y sostenible a este proyecto.

Esta idea surge a partir de la necesidad del museo, en el marco de su actual proceso de certificación como Estado Verde, de convertirse en un espacio sostenible, considerando, además, los anhelos expresados por los funcionarios y las funcionarias de la institución.

El director del Museo de Historia Natural de Valparaíso, Sergio Quiroz, señaló que “este proyecto está enfocado a un sueño que tenemos de implementar una plaza de bolsillo a partir del levantamiento de la información que surgió previa al estallido social y posterior a la pandemia. Al ver el plan de Valparaíso, se visualiza un desmedro de los espacios verdes que tiene la ciudad y creemos que la misión cultural que promueven el museo y la Universidad se conjugan para resolver este proyecto. Creemos que el resultado que vamos a obtener a mediano plazo es construir la plaza, aportar a la comunidad en varios aspectos, con espacios de tranquilidad, esperanza e infraestructura verde, y lo más importante será el consolidar la colaboración entre las instituciones”.

El director del museo y su equipo buscaron el respaldo de la Universidad de Valparaíso para poder materializar este proyecto, lo que se concretó a partir de la coordinación de la Unidad de Medio Ambiente y Sostenibilidad (UMAS UV), que convocó y articuló a las carreras de Arquitectura e Ingeniería Ambiental.

Yenny Olivares, coordinadora de Unidad de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la UV, comentó que "es sin duda una oportunidad para transversalizar la sostenibilidad en la comunidad de la Universidad y esto ha sido posible, también, gracias a la motivación de los profesores y profesoras de ambas carreras, que vieron en este proyecto una oportunidad de potenciar la formación de sus estudiantes. Lo que se ha dado hoy no es menor: estudiantes de Arquitectura en una clase de biodiversidad y estudiantes de Ingeniería Ambiental en una clase de Arquitectura. Ambos grupos se ven beneficiados y esto permite darse cuenta de que los temas medioambientales son totalmente sinérgicos y transversales, lo que demuestra que todas las disciplinas pueden conjuntamente ser un aporte ante la necesidad de concientizar sobre el cuidado de nuestro entorno. Como unidad creemos que esta no puede ser la única posibilidad, por lo tanto, seguiremos articulando a las diferentes disciplinas de esta manera. Agradecemos al museo por confiar en nosotros como institución para cumplir este sueño que hoy ya es nuestro también”.

El proyecto contempla una modalidad de trabajo a través de talleres con la participación de profesores y estudiantes de ambas carreras pertenecientes a primer, segundo y tercer año de estudios.

La directora de la Escuela de Arquitectura, Mabel Santibáñez, se refirió a esta experiencia indicando que “aceptamos la invitación porque vemos cómo la ciudad, en el fondo, ha destruido el territorio y las condiciones naturales. Entonces, es hora de que esos intersticios que quedaron en la ciudad, como en el caso de este lugar, le devuelvan algo a ese territorio, a esas condiciones naturales”.

Para Ociel Cofré, director de la Escuela de Ingeniería en Medio Ambiente, esta iniciativa “es muy valiosa, debido a que los problemas ambientales y los conflictos socio-ambientales también se tienen que ver desde un punto de vista multi e interdisciplinario y este proyecto cumple particularmente con esa característica al trabajar con dos carreras. Además, nos da la oportunidad, como universidad del Estado de Chile, de vincularnos directamente con la comunidad”.

El profesor Javier Arancibia destacó que “esta es una oportunidad doble, porque, en primer lugar, se permite integrar dos saberes que parecen tan distintos como la arquitectura y la biodiversidad, el medioambiente, y que hoy día están de la mano. También es una oportunidad de rescatar nuestro patrimonio natural y cultural, siendo muy bueno que el museo esté involucrado a partir de este proyecto”.

Los estudiantes tuvieron la oportunidad de conocer el espacio en el que trabajarán durante este semestre para comenzar a generar una propuesta de recuperación de un espacio abierto del museo desde los conceptos del patrimonio arquitectónico y natural, integrando así una mirada integral de ambas disciplinas.

Romina Mayor, estudiante de primer año de la carrera de Ingeniería Ambiental, se refirió a este proyecto comentando que “me parece una buena oportunidad que se puedan recuperar estos espacios y ojalá puedan ser muchos espacios más y que, además, se siga trabajando en conjunto, esperando que puedan unirse más carreras. Es una gran oportunidad tanto para estudiantes como también para la comunidad”.

Alejandro Morales, estudiante de segundo año de la carrera de Arquitectura, precisó que este proyecto “representa un sueño de las personas del museo y nosotros al encargarnos de eso también nos hacemos parte de él, al generar ideas en base a sus requerimientos. Cuando se escoja el proyecto que va a ser instalado acá y esté terminado, podremos caminar sobre lo que diseñamos y ver, al final, un sueño construido en conjunto”.

Profesores UV participantes en el proyecto “Plaza Bolsillo”:

-Escuela de Ingeniería en Medio Ambiente: Javier Arancibia.

-Escuela de Arquitectura: Tegualda Quiroga, Claudio Vergara, María Soledad Larraín, Massiel Pérez y Pablo Castañer.

Fuente: Prensa Universidad de Valparaíso