Hace más de siete mil años se desarrolló una de las culturas más enigmáticas de nuestro pasado, los Chinchorro, mundialmente conocidos por poseer las momias artificiales más antiguas del mundo.
En el contexto de la exhibición temporal "Chinchorro, trascender a la muerte" desarrollada por el Museo Nacional de Historia Natural, institución dependiente del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, con la colaboración de la Clínica Las Condes, te invitamos a conocer más de esta cultura y su descubrimiento, adentrarnos al estudio de los cuerpos y el rito mortuorio para finalmente acercarnos a como fueron en vida.
Los Chinchorro siguen siendo parte del acervo genético de la población actual, tanto en los habitantes del extremo norte de Chile como en todos sus descendientes; junto a Gabriela Carmona S. Arqueóloga del MHNV, Verónica Silva Curadora del área de antropología del MNHN y Ángelo Villagrán, profesor de Historia y Ciencias Sociales, Licenciado en Historia y en Educación de la Universidad de Valparaíso, abordamos una conversación desde el contexto cultura, sus investigaciones y descubrimientos , llegando hasta la creación de la exposición itinerante.
Las evidencias de la cultura Chinchorro que resguarda el MNHN, están formadas por las colecciones de Max Uhle compuesta por 159 individuos y Camarones-14 de Schiappacasse y Niemeyer que comprende al menos 45 individuos.
A diferencia del antiguo Egipto, los Chinchorro no tenían a la figura del momificador, ni procedimientos estandarizados. Cada cuerpo con tratamiento complejo era preparado artesanalmente por el núcleo familiar, teniendo cada una características únicas.
Las momias Chinchorro que se encuentran en nuestros museos, lejos de su lugar de origen, llegaron en un contexto en el cual se estaban formando las primeras colecciones de los museos y se exhibían como curiosidades, parte de un pasado lejano. Esta realidad ha ido cambiando poco a poco y hoy en día las momias son consideradas como cuerpos humanos, individuos y no meros objetos de colección.