Luego de meses de preparación y coordinación entre distintas instituciones, este viernes 12 de septiembre se inauguró la exposición "Molluscas, espiral del cambio", actividad organizada por el Museo de Historia Natural de Valparaíso y el grupo "Anillos de Investigación en Ciencia y Tecnología" del Programa de Investigación Asociativa (PIA), que componen la Universidad Santo Tomás, Universidad de Santiago, Universidad Andrés Bello y Universidad Adolfo Ibáñez.
La muestra que estará abierta al público hasta el 14 de octubre, busca difundir el impacto que tiene la acidificación oceánica en las especies marinas, a través de un enfoque transdiciplinario, que combina tres líneas de investigación: ecología/ecofisiología, biomineralogía y biomecánica.
La directora del Museo de Historia Natural de Valparaíso, Loredana Rosso, señaló que la institución facilitó 42 piezas, entre bivalvos y gastrópodos para la exhibición, pues esta exposición "demuestra la calidad y sello que busca el museo, especialmente cuando se asocia con importantes instituciones de Educación Superior que son reconocidas a nivel regional y nacional".
Por su parte, Fabio Labra, profesor titular Universidad Santa Tomás y director alterno del proyecto CarboNatLab, señaló que la ciencia es una actividad social y colaborativa, por lo cual proyectos como éstos, no sólo nos permite realizar investigación de alto nivel, sino que también nos ayuda a llegar a los ciudadanos y ciudadanas.
Proyecto CarboNatLab
El proyecto "Integrating structure and function of ecological, mechanical and mineralogical properties of marine calcifiers: shell carbonates as source of bio-inspiration (CarboNat-Lab)" tiene a la Universidad Santo Tomás como institución principal y cuenta con la participación de la UAI y de la Universidad de Santiago y Universidad Andrés Bello como instituciones asociadas. Además cuenta con dos grupos de colaboradores internacionales de la Universidad de Granada y la Universidad de Cambridge (UK).El proyecto se adjudicó financiamiento total de $ 450 millones para ejecutar entre marzo 2018 y marzo 2021.
El carbonato de calcio con el que los moluscos construyen sus exoesqueletos es considerado un biomaterial de gran utilidad, gracias a atributos como resistencia y dureza y además se caracteriza por ser inofensivo para el medioambiente.