La Colección Patrimonio Histórico del Museo de Historia Natural de Valparaíso es una muestra de referencia de la cuidad, Iniciada por el historiador Claudio Henríquez con cerca de 200 objetos forma parte de la Colección Patrimonial del MHNV, donada en su mayoría por Javier Iglesias entre los años 2004 y 2014. Contiene objetos recolectados, desde trabajos realizados por algunas empresas de servicios básicos como agua, gas y electricidad, incluyendo algunas demoliciones de antiguas viviendas.
Procedentes de diversos lugares son una muestra del diario vivir, presentes en la mayoría de los hogares nos han acompañado en lo cotidiano, y se convierten hoy en parte de nuestro patrimonio cultural.
Según descripción y estudio de contexto desarrollado por Marcela Montero, Técnico en Restauración Patrimonial Duoc UC: "La fabricación de baldosas tiene una primera parte que es manual, está a cargo de los maestros que requieren de precisión y mucha habilidad para crear cada pieza, consiste en introducir la trepa o matriz (para su fabricación existe una técnica desarrollada como un oficio complementario muy cercano al mundo de la orfebrería) en un molde de hierro e ir rellenando las distintas aperturas con el cemento pigmentado. Terminado este proceso, se retira la trepa y se añade una mezcla de áridos y cemento que serán la parte posterior de la baldosa. Una vez tapado el molde pasa a la fase de prensado, único momento donde interviene algún tipo de máquina, luego se debe dejar secar hasta que la termina el fraguado. Este trabajo se encuentra en el límite entre lo artesanal e industrial"
"Las distintas materialidades utilizadas para cubrir los pisos fueron evolucionando a lo largo del tiempo, desde la tierra apisonada hasta la pavimentación y ornamentación de pisos que nace en la época griega a partir de composiciones realizadas con guijarros de distintos colores y tamaños, así parte la técnica del mosaico que se extiende durante el Imperio Romano pero será durante el periodo del Imperio Bizantino donde se incorpora una pasta vítrea en la superficie. Posteriormente en Asia Occidental y en Persia se desarrolla la decoración aplicada a la arquitectura con diseños geométricos que juegan con perspectiva generando múltiples tramas y figuras, luego en la península Ibérica incluirán diseños de paisaje. Cada baldosa es un testimonio y nos habla de quienes habitaron los recintos, su poder adquisitivo y sus preferencias..
La elaboración de una baldosa hidráulica comienza con el diseño, posteriormente éste es entregado al maestro orfebre quien elabora la trepa o matriz, ésta se incorpora al molde de la máquina hidráulica y se llenan los diseños con los pigmentos correspondientes, se saca la matriz y se agrega encima mezcla de cemento y áridos para ser prensadas, posteriormente se desmoldan y pasan a la fase de secado para lo cual se mantienen en jabas por 24 horas para pasar luego a la etapa de fraguado en piscinas con agua por otras 24 horas.
A grandes rasgos el origen de las baldosas hidráulicas proviene de nuestra necesidad del uso del uso del espacio y en generar una estampa personal a ellos comenzando con la tierra apisonada hasta la pavimentación y ornamentación de pisos, techos y muros.
Nace en la época griega a partir de composiciones realizadas con guijarros de distinto colores, tamaños y formas, posteriormente los romanos complejizan esta técnica incorporando en sus diseños figuras humanas y de la naturaleza, de esta manera comienza a configurarse la técnica del mosaico, en un principio y dada la complejidad en su elaboración y materias primas este arte era reservado sólo para las clases más altas, sin embargo éste fue permeando hacia otras clases sociales y comenzó a extenderse por las distintas provincias dominadas por el Imperio Romano. Será en el imperio Bizantino donde se incorpora una pasta vítrea en la superficie la que se utilizó principalmente en muros y cielos, posteriormente en Asia Occidental y en Persia se desarrolla la decoración aplicada a la arquitectura con diseños geométricos que juegan con perspectiva generando múltiples tramas y figuras, luego en la península Ibérica incluirán diseños de paisaje, a Portugal llega la influencia del azulejo desde Holanda con ellos se introduce una preferencia por los paisajes realizados en tonos azules. Cada baldosa es un testimonio y nos habla de quienes habitaron los recintos, su poder adquisitivo y sus preferencias.
En nuestro país la baldosa tuvo su época de auge en las primeras décadas del siglo XX, siendo casi el único material para su aplicación en zonas húmedas y de alto tráfico, ya que sus características hidrófugas además de sus diseños eran un aporte a la ornamentación de los recintos y espacios públicos.) Desde sus comienzos y hasta los años 60, las baldosas eran fabricadas con prensas manuales que luego fueron reemplazadas por prensas hidráulicas (Brancoli y Berstein, 2016).