Museo de Historia Natural de Valparaíso pasó agosto con diversas actividades lúdicas y científicas
Ruidos incesantes y gritos por doquier. Sin duda, este viernes 30 de agosto se vivía un ambiente de jolgorio en el Museo de Historia Natural de Valparaíso. Y la razón, las múltiples actividades que la institución porteña tenía preparadas como cierre del mes de agosto.
En la Sala MuseoLab- Aprendizaje se estaba llevando a cabo el cierre del ciclo “Juegos tradicionales de ayer y hoy” que en esta oportunidad contó con la presencia Karen Plath Müller, quien puso a disposición del público, diversos juegos tradicionales como: el emboque, elásticos, palitroques, yoyos, entre otros, con el objetivo de rescatar y compartir este importante acervo cultural con las nuevas generaciones.
En tanto, en la Sala Ana Ávalos se llevaba a cabo el coloquio "Del micelio al museo: Un viaje creativo a través de los hongos", que permitió compatibilizar el aprendizaje científico con las artes visuales. En este sentido, destacó la instalación escénica de la Compañía Teatro Atota, quienes presentaron un pequeño extracto de su tercer montaje denominado “Micelio”
Al respecto, Dominique Aravena Gorosito, coordinadora del colectivo de artes escénicas, señaló que este coloquio, será el puntapié inicial para nuestro tercer montaje que se llama “Micelio”.
“Esto fue muy fortuito porque se planteó venir al museo y realizar una experiencia para niños y niñas de forma de acercar nuestro arte. En este sentido, lo que nosotros buscamos es acercar la ciencia y contenido científico a través del arte visual en todas sus dimensiones”.
Y agregó, “nosotros nos dedicamos a diseñar experiencias inversivas para la primera infancia, pero para poder realizarlo tenemos que trabajar con un equipo multidisciplinarios, es así que este grupo lo componen profesionales del área de la educación, las ciencias, y las artes y en la cual existen diversos lenguajes como audiovisualitas, ilustradores e intérpretes entre otros”.
Además Dominique mostró su alegría por la recepción de los niños y niñas por el montaje realizado. “Estamos muy contentos, pues los niños están explorando y descubriendo. Inherentemente se están generando aprendizajes, a través de este juego y lo que están viendo y está sucediendo. Lo disfrutan, pues escucho sus risas y veo como comparten e intercambian experiencias”, recalcó.
Unos de los grupos de niños y niñas que pudieron vivir esta hermosa experiencia fueron los alumnos (as) del 3° básico del Colegio Agustín Edwards de Valparaíso, quienes pudieron conocer no sólo las dependencias del museo, sino que también accedieron a la propuesta de la Compañía Teatro Atota y al cierre de la actividad “Juegos Tradicionales de ayer y hoy”.
Al respecto, Macarena del Carmen Arriagada Hernández, profesora jefe del 3° básico del Colegio Agustín Edwards, se mostró muy contenta por la experiencia vivida. “Creo que esta muestra visual es muy interesante, pues permite que los niños experimenten con objetos y realidades que actualmente estamos viendo en el ramo de Ciencias Naturales. En este sentido, señaló que la ciencia se aprende mejor cuando los estudiantes pueden experimentar directamente los conceptos. “A través del juego, pueden manipular objetos, realizar experimentos y observar resultados en tiempo real, lo que les ayuda a entender mejor los principios científicos”.
Y agregó que Las actividades lúdicas “promueven el desarrollo de habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad. Estas son esenciales en la ciencia, donde los estudiantes deben analizar datos, formular hipótesis y buscar soluciones a problemas complejos”.
Herramientas lúdicas para el aprendizaje de la ciencia
Muchos juegos y actividades lúdicas requieren que los estudiantes trabajen en equipo, lo que fomenta la colaboración y la comunicación. Estas habilidades son fundamentales en la ciencia, donde el trabajo en equipo es a menudo esencial para el éxito de los proyectos de investigación.
En muchos casos a través del juego los estudiantes pueden ver cómo los conceptos científicos se aplican en situaciones del mundo real. Esto no solo hace que el aprendizaje sea más relevante, sino que también ayuda a los estudiantes a ver la ciencia como algo práctico y accesible.
En resumen, las actividades lúdicas no solo hacen que el aprendizaje de la ciencia sea más atractivo y accesible, sino que también proporcionan un entorno en el que los estudiantes pueden desarrollar habilidades fundamentales para su éxito académico y personal.
Nota: Claudio Ampuero, periodista Museo de Historia Natural de Valparaíso.